Chile avanza hacia declarar al vino y al pisco como bebidas nacionales
Autor
Gabi Zimmer
Fecha de publicación

La Cámara de Diputados aprobó por amplia mayoría, 126 votos a favor y solo tres abstenciones, el proyecto que propone promover, difundir y posicionar al vino y al pisco chileno como bebidas nacionales. Ahora el texto pasa al Senado, abriendo una etapa relevante para la construcción de identidad y patrimonio.
Siendo Chile un país con una historia vitivinícola tan profunda, sorprende que este reconocimiento llegue recién ahora. Aun así, es alentador ver que las autoridades comienzan a poner en valor el rol cultural, económico y territorial que el vino y el pisco tienen en la identidad del país. Este tipo de señales institucionales permiten abrir conversaciones necesarias y, sobre todo, proyectar mejor el trabajo de quienes sostienen estas industrias desde los territorios.
El proyecto establece que el Ministerio de Agricultura será el organismo encargado de liderar las acciones orientadas a consolidar ambas bebidas como parte del patrimonio material e inmaterial de Chile. Este enfoque reconoce que el vino y el pisco no son solo productos, sino expresiones culturales que conectan territorio, historia y comunidad.
Como profesional que ha recorrido buena parte de los territorios vitivinícolas de Chile, veo este avance como una oportunidad para fortalecer la narrativa país, impulsar al vino y al enoturismo y dar más visibilidad al trabajo de productores grandes, medianos y pequeños. La cultura del vino, que de las dos bebidas es la que más conozco, está hecha de diversidad, y esa diversidad merece ser contada con más fuerza y coherencia.
Desde Tinta entendemos que este tipo de iniciativas generan oportunidades concretas: más espacios para la comunicación del patrimonio, más visibilidad para los territorios, y mayor capacidad de articulación entre actores del vino, la gastronomía y el enoturismo. Para que el impacto sea real, será clave que las acciones que se definan no queden solo en un gesto simbólico, sino que se traduzcan en políticas sostenidas y en una estrategia comunicacional acorde a los desafíos actuales.
La discusión continúa, pero abre un escenario interesante para Chile y para la región. Reconocer al vino y al pisco como bebidas nacionales en Chile no solo habla del pasado; habla del futuro de cómo se quieren contar, proyectar y habitar los territorios que producen estos vinos y destilados.

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