El vino en 2025: factores y desafíos según la OIV
Autor
Gabi Zimmer
Fecha de publicación

La Organización Internacional de la Viña y el Vino (OIV) publicó sus primeras estimaciones sobre la producción mundial de vino para 2025.
Las cifras anticipan un escenario de estabilidad relativa, con un leve repunte en los volúmenes y una industria que continúa enfrentando los efectos combinados del cambio climático, la desaceleración del consumo y la incertidumbre comercial.
Un mercado que se estabiliza
Según la OIV, la producción mundial se situará entre 228 y 235 millones de hectolitros, con una media estimada de 232 millones. Esto representa un 3% más que en 2024, cuando se registró una de las cosechas más bajas de las últimas décadas.
Aun así, los niveles actuales se mantienen 7% por debajo del promedio de los últimos cinco años, lo que refleja una producción contenida y un equilibrio frágil entre oferta y demanda.
Italia se consolida nuevamente como el mayor productor mundial con 47,3 millones de hectolitros, seguida por Francia (35,9 Mhl) y España (29,4 Mhl). Australia vuelve al quinto lugar después de una cosecha más corta en 2024, mientras que Argentina se mantiene como el principal productor de Sudamérica.
Factores que marcarán el año
El 2025 llega con un panorama complejo. La OIV identifica una serie de factores que influirán directamente en la evolución del sector:
- Cambios en los hábitos de consumo, especialmente entre las nuevas generaciones, más moderadas y conscientes.
- Una demanda global en desaceleración, que afecta tanto al comercio interno como a las exportaciones.
- Incertidumbre comercial derivada de tensiones logísticas y políticas.
- Condiciones climáticas extremas que continúan afectando la estabilidad de las cosechas y la calidad de los vinos.
Desafíos y oportunidades
Si bien la OIV proyecta un mercado más estable que en 2024, la recuperación del consumo será uno de los grandes desafíos del año.
El crecimiento limitado de la producción puede ayudar a equilibrar los inventarios, pero el foco estará en cómo las bodegas y los países productores adaptan su comunicación, su propuesta de valor y sus estrategias de exportación a un consumidor más selectivo y menos predecible.
La industria se enfrenta a una etapa donde la coherencia entre lo que se produce, se comunica y se vende será clave.
Más que volumen, el desafío está en construir valor.
Mirada hacia adelante
La OIV actualizará sus estimaciones una vez consolidados los datos definitivos de 2025.
El informe final se publicará en 2026 dentro del reporte anual State of the World Vine and Wine Sector, donde se analizarán las tendencias globales con mayor profundidad.
Conclusión
El 2025 se perfila como un año de ajuste y observación para el mundo del vino. Las cifras sugieren estabilidad, pero los desafíos estructurales —consumo, clima y comercio— siguen marcando el rumbo. Para los productores, el equilibrio entre tradición, sostenibilidad y valor agregado será más determinante que nunca.

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